El cielo debe parecerse a MasFerriols. Casa rural de dos plantas, con solamente cuatro habitaciones en la planta baja y una enorme y acogedora sala común en la primera planta, con cocina hipercompleta, futbolín, rincón de sofás con juegos...y TV por cable.
La casa ha sido recientemente rehabilitada con muy buen criterio, en calidades y acabados de muy buen gusto, reflejando en cada detalle la personalidad de sus encantadores propietarios.
Está en mitad de una finca rústica enorme, con campos, olivares, bosquecillos, oteros con vistas, pistas para caminar o correr... además puedes ver montones de pájaros de todo tipo y disfrutar de de un pequeño huerto con gallinas de las de antes cuyos huevos se sirven en el fantástico desayuno que prepara Eduard, el propietario, a la medida de cada huésped, avanzándose a sus deseos.
La piscina semivoladiza es una maravilla, con agua limpísima y de la que no querrías salir... Todo perfecto para olvidarse del stress y del trabajo.
Pero es que además Eduard y Montse son los anfitriones perfectos, atentos a los detalles y a la vez respetuosos con tu intimidad.
Si te gusta el running, la natación, la bici, la pesca, la montaña o la playa, te explicarán con un amor increíble por su comarca dónde y cómo podrás disfrutar de tus aficiones a no más de media hora de distancia, por pistas y carreteras casi vacías de tráfico.
Lo dicho, en vez de subir al cielo preferiría quedarme en Mas Ferriols